miércoles, 28 de mayo de 2008

¿CÓMO ENSEÑAR LENGUA?

Gloria Janeth García

Estudiante de la Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Humanidades, Lengua Castellana
Facultad de Educación, Universidad de Antioquia


A partir de la pregunta sobre la enseñanza de la lengua se pueden suscitar muchas respuestas, pero estas dependen de cómo se quiera enseñar lengua y a quién se quiere enseñar. La enseñanza de la lengua implica conocimientos, saberes específicos, trabajo constante y, sobre todo, una actitud adecuada tanto del profesor como del alumno como emisor y receptor; al respecto Stubbs indicaba que “a pesar de la existencia de una ingente bibliografía sobre las teorías del aprendizaje, de hecho se sabe muy poco sobre el qué y el cómo los niños aprenden el uso del lenguaje en el aula”. (Mendoza Fillola, 1996, 65)

Para este proceso de enseñanza, la comunicación es algo esencial. En nuestra sociedad, cuando se habla de comunicación se la marca rápidamente dentro de un tipo concreto de lenguaje: el verbal, oral o escrito que nos llevan al trabajo concreto sobre cómo enseñar lengua, con estos elementos se puede hacer todo un trabajo planeado que permita un adecuado uso de los elementos de una clase. Estos tipos de enseñanza del lenguaje son concretos, porque son los métodos más reconocidos para la enseñanza de la lengua, pues el hablar es una interacción, un diálogo que se da a través de la interrelación con los otros. El diálogo es a la investigación pedagógica como el agua para el pez, no como condición alienante, sino como una oportunidad imprescindible de comprender el proceso de formación, de humanización de los alumnos. (Flórez, 2001, 159 – 221)

De otro lado, para la enseñanza de la lengua en el aula de clase es importante tener en cuenta “que la lengua es algo que está presente en todo el proceso educativo y que todas las materias se transmiten a través de la comunicación lingüística” (Mendoza Fillola, 1996, 55), sólo así se podrá evidenciar la importancia del paralelismo entre educación y el proceso comunicativo.

Es preciso resaltar que todo proceso de enseñanza y aprendizaje es diferente, tanto por el contexto, como la edad de los educandos; sus conocimientos previos, pues depende de esto se darán avances en su proceso de desarrollo, como dice Piaget y Vigotsky, “por lo que el profesor deberá adecuarse al lenguaje que el niño debe comprender y asimilar” (Mendoza Fillola, 1996, 59).

Para enseñar se debe conocer de lo que se va a hablar, es decir, tener apropiación temática, por esto es sabido que el profesor deberá estar acorde con los conocimientos de vanguardia en su campo, para saberle llegar a los estudiantes, pues como se menciona anteriormente, es importante tener en cuenta la edad y los contextos de los educandos; también el momento de enseñanza, el lugar, el espacio, los objetivos y/o intenciones y el medio o canal.

Por otro lado, podemos decir que nuestro rol de educadores es informar y dar los conocimientos adquiridos, ya depende de los estudiantes cuáles son sus intereses, a qué le apuestan más, qué les interesa o les gusta más. Claro está que la lengua no se enseña, se aprende a través del tiempo de acuerdo al medio y al contexto de cada sujeto; se aprenderá de esa manera, porque inicialmente se aprende desde la vivencia diaria y la necesidad que tenemos de comunicarnos con los otros. Pero como se explicita en los Lineamientos Curriculares, Lengua Castellana: “de cualquier modo no es en la primaria donde debe insistirse en la gramática explícita de la lengua, porque allí se trata de aprender a pedalear sin que necesariamente el niño tenga que saber por qué el pedal hacer girar la rueda…”(MEN, 1998, 20). Esto es cierto y, sobre todo, cuando está aprendiendo otra lengua que no es la propia, la mejor manera es la práctica, en todo momento; a partir de ahí se puede lanzar y cometer errores, pero esto no es un problema, el problema es no arriesgarse a aprender, a conocer, es mejor empezar con la práctica lingüística que con la gramática, es algo mucho más complicado empezar con la composición de una lengua, por eso la mejor edad para aprender cualquier idioma es cuando se es niño, pues se tienen todos los sentidos dispuestos y no hay una predisposición al que dirán y al niño se le puede corregir en su aprendizaje. La enseñanza de la gramática se puede hacer desde la secundaria, ya que es algo más complejo y los estudiantes ya tendrán unos conocimientos previos para entender más la gramática o composición de la lengua.

Finalmente, la escuela debe asumir a la lengua y al lenguaje como una forma de significar la vida, en todo sentido, teniendo en cuenta todas las áreas de aprendizaje en el aula y conectando unas con otras, haciendo efectivo el aprendizaje lingüísticos desde contextos reales.


REFERENCIAS

Flórez Ochoa, Rafael y Restrepo, Alonso (2001). Investigación educativa y pedagógica. Bogotá, Mc Graw-Hill, Interamericana.
Mendoza Fillola, Antonio (1996), La comunicación lingüística como fundamento del proceso educativo, Didáctica de la lengua para la enseñanza en primaria y secundaria, Madrid, Ediciones AKAL S.A.
Ministerio de Educación Nacional (1998). Lineamientos Curriculares, Lengua Castellana. Bogotá: Editorial Magisterio.

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA LECTURA

Katherine Giraldo Uribe

Estudiante de la Licenciatura en Educación Básica
con Énfasis en Humanidades, Lengua Castellana
Facultad de Educación
Universidad de Antioquia.

La lectura forma parte esencial en la vida del ser humano, pues posibilita la adquisición de esquemas cognitivos que permiten comprender el mundo y sus complejas realidades: psíquicas, humanas, sociales; teniendo en cuenta que este proceso de lectura no sólo es la decodificación de grafemas, sino también al leer se abarca un sinnúmero de contextos y todo lo que implique el universo simbólico de la cultura; a pesar de ello, valga la pena aclararse que las presentes reflexiones se centran en la lectura alfabética, sin desconocer la relevancia de la lectura de otros signos; respecto a la primera, la gran importancia de la habilidad lectora está demostrada por el desarrollo de los programas de alfabetización en algunos países en vías de desarrollo como, por ejemplo, Cuba, cuyos proyectos educativos envían jóvenes estudiantes a las zonas rurales para ejercer como profesores de las personas analfabetas (Campaña Nacional de Alfabetización en Cuba, Wikipedia: en línea). Además de su valor intrínseco, la habilidad para leer tiene consecuencias económicas: los adultos que mejor leen son capaces de alcanzar más altos niveles socioeconómicos y es probable que consigan puestos de trabajo mejor remunerados.

De otro lado, el aumento de la tecnificación de la sociedad ha incrementado las exigencias de alfabetización adecuada, presión que ha llegado al ámbito escolar de forma directa, por cuanto, un nivel más alto de alfabetización se necesita tanto en los negocios o en la industria como en la vida diaria, por ejemplo, para comprender diversos formularios o para entender los periódicos.

Luego de este breve reconocimiento de la importancia de la lectura en diversos aspectos, se continuará con algunas consideraciones generales acerca del acto de leer y se concluirá con un esbozo sobre la comprensión de lectura.

Para iniciar, leer implica seguir una secuencia de caracteres colocados en un orden particular, por ejemplo, el español fluye de izquierda a derecha, el hebreo de derecha a izquierda y el chino de arriba abajo; el lector debe conocer el modelo y usarlo de forma apropiada. Por regla general, el lector ve los símbolos en una página, transmitiendo esa imagen desde el ojo al cerebro, pero el acto de leer puede también ser realizado mediante el tacto, como en el sistema Braille, un método de impresión diseñado para personas ciegas.

Cambiando de perspectiva, leer tiene que ver con actividades tan variadas como la dificultad de un niño pequeño con una frase sencilla en un libro de cuentos, un cocinero que sigue las instrucciones de un libro de cocina, o un estudiante que se esfuerza en comprender los significados de un poema; sumado a esto, según Palacios (1987), leer proporciona a las personas la sabiduría acumulada por la civilización. Los lectores maduros aportan al texto sus experiencias, habilidades e intereses; el texto, a su vez, les permite aumentar las experiencias y conocimientos, y encontrar nuevos intereses.

Cambiando de idea, en los años de educación secundaria y superior, los materiales de lectura llegan a ser más abstractos y contienen un vocabulario más amplio y técnico. En esta etapa el estudiante no sólo debe adquirir nueva información, sino también analizar críticamente el texto y lograr un nivel adecuado de comprensión, teniendo en cuenta la dificultad de los materiales y el propósito de la lectura.

Por otra parte, existen una gran cantidad de estrategias para desarrollar una adecuada comprensión lectora, que le permita al lector afrontar los diferentes retos que se le presentan en los diversos ámbitos de su cotidianidad, seguidamente se hará un rastreo somero por algunas de ellas:

Para los estudiantes mayores incrementar el vocabulario es una forma de aumentar la capacidad lectora; esto requiere el uso de diccionarios, estudiar las partes de las palabras y aprender a encontrar el significado de éstas en referencia al contexto. Los estudiantes pueden también aumentar su léxico dando atención especial a las nuevas palabras que puedan hallar en determinado texto.

De otro lado, como la madurez lectora puede tener diferentes niveles indicados por materiales y objetivos diversos, es útil la práctica de hojear un texto para captar el significado general y analizarlo para una información específica.

Vale la pena decir que el desarrollo de las estrategias de estudio eficientes son importantes en el aprendizaje de las diversas clases de materias. Una técnica útil de estudio es subrayar, dado que ayuda a incrementar la comprensión de los principales puntos y detalles de un texto.

Se presentarán unas últimas consideraciones acerca de la comprensión de lectura, al respecto Lerner (1985) propone a la lectura como un proceso de construcción de significados a partir de la interacción entre el texto, el contexto y el lector. El significado no está sólo en el texto, tampoco en el contexto ni en el lector, sino en la interacción de los tres factores, que son los que, juntos, determinan la comprensión. De esta manera la comprensión de un texto es diferente según el lector, pues depende de la realidad interior de éste y de su nivel de desarrollo cognitivo.

De acuerdo lo anterior, la comprensión de la lectura de un texto es la reconstrucción de su significado a partir de la consideración de pistas contenidas en el texto en cuestión. Dicha reconstrucción se lleva a cabo mediante la ejecución de operaciones mentales que realiza el lector para darle sentido a las pistas encontradas. Se trata de un proceso esencialmente dinámico, que quien lee desarrolla a medida que establece conexiones coherentes entre la información que posee en sus estructuras cognitivas y la nueva que suministra el texto. Lo anterior significa que el lector al interactuar con el texto no copia automáticamente en su mente el significado del mismo, sino que realiza un proceso que lleva su tiempo. Normalmente éste implica leer y releer, para que de manera progresiva se vaya estructurando el significado.

Finalmente, se resalta el trabajo en el aula con la lectura, bajo una perspectiva dialógica que permita la interacción de estudiantes (como lectores) y autores, textos y contexto en pos de universos de sentidos y de reconstrucción de realidades.

REFERENCIAS

Lerner De Zunino, Delia (1985), “La relatividad de la enseñanza y la relatividad de la comprensión un enfoque psicogenético”, en: Revista Lectura y vida, Año 6, N 4.

Ministerio de Educación Nacional (1998), Lineamientos curriculares de lengua Castellana, Santa fe de Bogotá, Editorial Magisterio.

Palacios De Pizani, Alicia y otras (1987). Comprensión lectora y expresión escrita: Experiencia pedagógica, Buenos Aires, Aique.

WIKIPEDIA. Campaña Nacional de Alfabetización en Cuba, 24 de abril 2008. Disponible en Internet: http://es.wikipedia.org/wiki/Campaña_Nacional_de_Alfabetización_en_Cuba#Brigadas_de_alfabetizaci.C3.B3n. (Consultada el 28 de mayo de 2008).